martes, 6 de septiembre de 2011

CREER. Creer en lo que hacemos es lo que da sentido a la tarea educativa que tenemos. En cualquier situación de vida, cuando nos comunicamos transmitimos lo que sentimos, la fuerza con la que creemos (o no), las ganas de hacer el mejor esfuerzo siempre, para poner un pequeño grano de arena, en el desarrollo de nuestros alumnos. Cuando ideamos un proyecto, una actividad, una tarea, nuestra actitud determina en gran forma, la reacción y respuesta del grupo. El entusiasmo se contagia, la fe también. No se necesita hablar de ello; se transmite de mil formas y con mil actitudes. Eso deben recibir los chiquilines para encarar tareas con éxito. Este éxito no significa un triunfo asegurado, significa hacer el mejor esfuerzo, con la mejor voluntad y con ganas. He visto a mis alumno, trabajar extra horario, a contra-turno, recorrer distancias en bicicleta para reunirse y realizar investigaciones. Los he visto con una amplia sonrisa feliz, cuando terminan un proyecto y ven los resultados en quienes los escuchan. Eso es creer en lo que se hace y saber por qué se hace. Nosotros no vendemos porque creemos, pero transmitimos y "podemos", porque creemos.

1 comentario:

  1. Estimada Mabel:
    Con gran emoción leo tu post porque reconozco en él una docente comprometida.
    Me toca muy de cerca el hecho de que en tus comentarios se repita algo: los jóvenes como protagonistas.
    Esto es alentador en estos tiempos, cuando muchos discursos sobre la educación descuidan a los verdaderos destinatarios de todo el andamiaje educativo.
    Agregaría a tu post el hecho, no sólo de creer, sino de creer en que pueden hacer un poco más de lo que se espera habitualmente de ellos. Expectativas elevadas en cuanto a calidad de los aprendizajes, desarrollo de la capacidad crítica y autonomía generan por lo general resultados acordes.
    Un abrazo,
    Virginia G.

    ResponderEliminar